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jueves, 24 de abril de 2008

Las urnas están bien guardadas

La iniciativa de reformar la Constitución.-

Las urnas están bien guardadas

Para evitar los comicios comunales, el macrismo propone una reforma constitucional con solo cuatro meses de gobierno. Los K y la Coalición Cívica completan este tute cabrero electoral, donde todos llevan agua para su molino y uno, seguro, pierde.
por Enrique Colombano

El macrismo salió a plantear la reforma de la Constitución porteña con un objetivo inmediato: dar una respuesta superadora a la obligación de realizar en la Ciudad elecciones de Juntas Comunales, previstas por la Legislatura porteña para el 10 de agosto de este año. A esta cuestión, denunciada públicamente por todas las fuerzas opositoras, se suma un nuevo dato: según pudo averiguar NOTICIAS URBANAS, es muy probable que los porteños no sólo no votemos comunas este año, sino que tampoco elijamos convencionales constituyentes para una hipotética reforma de la Carta Magna local. Esta segunda elección, de efectuarse, se haría recién el año que viene, posiblemente unificada con los comicios de legisladores porteños.

EL JUEGO DE SEDUCCIÓN
Para modificar la Constitución de la Ciudad hace falta, primero, que 40 legisladores habiliten el llamado a una Convención Constituyente y que se fije, en una ley, los puntos a reformar. Luego, es la ciudadanía la que debe votar a los convencionales encargados de hacer las modificaciones a la Carta Magna. Como PRO tiene una bancada de 27 miembros y el Frente para la Victoria un bloque de 13 integrantes, un acuerdo entre ambas fuerzas posibilitaría la reforma. A diferencia de la Coalición Cívica y otros partidos opositores, los K comparten con el macrismo un interés: secretamente, quieren evitar que el 10 de agosto se celebren las elecciones comunales. Que finalmente terminen pactando o no una reforma constitucional dependerá de cómo evolucionen los hechos. Incluso hay quienes especulan que el kirchnerismo lanzará el año que viene una reforma de la Constitución Nacional y que esta cuestión permitiría, a su vez, generar un marco político que repercuta en una rediscusión de la Carta Magna porteña.

EL JUEGO DE LOS K
Puertas adentro, en el bloque K hay posturas encontradas. Si bien hoy prevalece el rechazo a la reforma de la Constitución local, varios legisladores comparten la idea de modificar algunos de sus aspectos, aunque tampoco se ponen de acuerdo cuáles. "Nosotros no descartamos el diálogo de plano. Queremos ver qué modificaciones propone el macrismo. Si tienen algo para mejorar realmente la Constitución, los vamos a escuchar. Ahora, si la reforma es para habilitar la reelección indefinida, quitar el ballottage, eliminar las comunas o restringir derechos como la salud o la educación, entonces se vuelve complicado hablar", manifestó el presidente del bloque K de la Legislatura, Diego Kravetz, en diálogo con NOTICIAS URBANAS, horas antes del cierre de la edición de este semanario. Sus palabras dejan entreabierta una puerta y a su vez, denotan lo que será la estrategia del kirchnerismo: esperar. Los K no tienen apuro. La indefinición los favorece, mientras que a Macri lo perjudica. Porque es el ingeniero quien deberá cargar ante los porteños con el peso de querer modificar la Constitución a cuatro meses de haber asumido. Y es una carga que puede volverse cada vez más pesada a medida que pasen los días y el tema se instale en la sociedad. El peligro: ser visto como alguien que busca concentrar el poder en desmedro de las instituciones. Una crítica que, paradójicamente, siempre se les hizo a los Kirchner y que ahora amenaza al macrismo con volvérsele un búmeran. Un rechazo directo de los K, en cambio, clausuraría el tema y evitaría mostrar las contradicciones que empiezan a emerger en el gobierno de Macri y que el kirchnerismo comienza a remarcar.

EL JUEGO DE LA COALICIÓN CÍVICA
La Coalición Cívica es la fuerza que más beneficiada se vería si se votaran Juntas Comunales, si se tiene en cuenta que para el macrismo, de movida, las comunas significan entregar una parte de poder, y para los K, realizar una elección pobre. Tanto la Coalición como el Partido Socialista -cuyo presidente en el distrito porteño es Roy Cortina, uno de los principales impulsores de la Ley de Comunas y ex ministro de Descentralización porteño- vienen reclamando con fuerza que estas elecciones se lleven a cabo el 10 de agosto, tal como lo estipula la Ley de Comunas. "Creemos que la reforma constitucional es una excusa para no compartir el poder, ya que descentralizar significa trasladar poder a los barrios, y esto es siempre resistido por el que gobierna", manifestó públicamente el presidente del bloque de la Coalición Cívica, Enrique Olivera.

El diputado Sergio Abrevaya (vicepresidente del bloque) se pronunció en forma similar mediante un comunicado que dirigió a NOTICIAS URBANAS: "La Coalición Cívica no apoyará una modificación que atente contra las comunas y la representación ciudadana", indicó. Por otra parte, el "lilismo" más puro viene trabajando discursivamente en la denuncia de un supuesto pacto Macri - Alberto Fernández. Esta actitud del ARI se inscribe en la estrategia nacional de presentar a Elisa Carrió como la única opción opositora real al Gobierno nacional. En ese marco, un eventual acuerdo del macrismo y el kirchnerismo para reformar la Constitución porteña dejaría a la Coalición Cívica, en la Ciudad, en inmejorable posición para quedarse con el "pozo" de votos opositores al ingeniero, al tiempo que le permitiría capitalizar el desencanto que tal actitud podría producir en alguna parte de los votantes del empresario.

EL JUEGO DE LAS LÁGRIMAS
Como están las cosas, hoy el kirchnerismo tiene la llave para la reforma. Ahora bien, ¿quiere ir a elecciones este año? La respuesta es no. Ni para comunas ni para constituyentes. Después de tres sucesivas derrotas, la mayoría de los dirigentes consultados por este semanario reconoció fuera de los grabadores que prefieren evitar escenarios electorales extra. Temen, además, que si aparecen como aliados del macrismo en la reforma, el resultado sea catastrófico.

¿Y Macri? Se sabe: no quiere la elección de las Juntas Comunales. Ni este año ni nunca, ya que ahora que detenta el poder, estas instituciones descentralizadas le representan posibles focos de oposición que desea eliminar. A su vez, la elección de convencionales para una reforma constitucional le implica también un riesgo, ya que un porcentaje de votos menor a los 46 puntos que logró en los últimos comicios para jefe de Gobierno le significaría un retroceso. Sin embargo, los macristas acá tienen una ventaja: para las elecciones de convencionales, si lo desearan, podrían echar mano a alguna de sus "estrellas" para encabezar la lista, como por ejemplo, la vicejefa Gabriela Michetti (incluso, hasta Mauricio Macri podría presentarse, ya que no hay impedimentos legales al respecto, aunque la oposición le exigiría que se tomara licencia y estaría dispuesta a fustigarlo por los medios de comunicación si no lo hiciera).

Igualmente, hoy la postura que aparece como dominante en la tropa del ingeniero es la de apostar a que las elecciones comunales se aplacen por una decisión judicial (apelando a cuestiones organizativas que aún deben ser pulidas) y que de prosperar un acuerdo para modificar la Carta Magna, las elecciones de constituyentes se terminen realizando en 2009, junto con las de legisladores porteños. De esta manera, al sumar la reforma constitucional a una elección en la que se plebiscita la gestión, Macri podría neutralizar los efectos indeseados de la iniciativa, disminuir la fuga de votos hacia la Coalición Cívica y terminar llevándose la victoria total. La misma intención tendría para el establecimiento de la nueva fecha de elecciones comunales, si finalmente no prosperara su deseo de eliminarlas.

NOTA: Publicado originalmente en el Semanario Noticias Urbanas del jueves 17 de abril de 2008.-

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