Ayer, viernes 25 de abril a las 19 horas, asumió el nuevo Ministro de Economía de la Nación: el Lic. en Economía Pingüino Mayor, Don Néstor Kirchner.
No nos confundamos, a pesar del ingreso formal de Carlos Fernández en el gabinete de la Sra. Gerenta Cristina Fernández, el ex presidente (¿es verdaderamente el ex presidente?) consolidó su rol de ministro de Economía en las sombras al designar a una persona de bajo perfil, sin peso político propio y ultra K, el cual no se atrevería jamás a contradecir a Néstor.
Ponemos de manifiesto esta situación, porque es muy importante que la Sociedad esté informada de este tipo de situaciones, que podríamos definir, de mínima, como anómalas; ahora bien, no necesariamente podemos asegurar en este momento que sea algo nocivo per se que Néstor K sea el verdadero Ministro de Economía; de lo que sí estamos seguros es que es necesario hacer un control y seguimiento de este tipo de situaciones totalmente en contra de las Instituciones Republicanas, instituídas por la Constitución Nacional.
Este Gobierno se llena la boca con el respeto a las Instituciones de la democracia, pero a diario, demuestra y ratifica que se burla de ellas; que es solo un discurso que emplea porque es "políticamente correcto"; pero podríamos llegar a decir, sin miedo a equivocarnos, que es el Gobierno democrático que más las ha violado.
Lamentamos ver como día a día la figura de la Sra. Gerenta del Gobierno Nacional se va desdibujando; vemos como el nuevo "Monje Negro" de la política hace y deshace todo a su antojo; como concentra el poder real, sin importarle si quiera, el patético papel que está haciendo su esposa; ni siquiera en tiempos de De La Rua (en donde toda la gestión se fue desinflando y perdiendo poder político) se vio un presidente con tan poco poder político de decisión en cuanto a su gestión de gobierno; seamos claros: EL PRESIDENTE ES NÉSTOR KIRCHNER Y QUE A NADIE LE QUEDE ALGUNA DUDA SOBRE ELLO. Esperemos, por el bien de nuestro país, que este desgaste que denota la gestión kirchnerista no nos lleve a situaciones como las vividas en diciembre de 2001, pero lamentablemente, si no hay un cambio real en la forma de encarar la gestión, vamos de regreso a esa triste y dolorosa etapa de la Argentina, que nadie quiere volver a vivir, por más en contra que se esté de un Gobierno; al menos nosotros, no queremos eso.
Y no lo queremos, porque a la Sra. Gerenta la votó el Pueblo en elecciones constitucionales, y respetuosos como somos de las Instituciones, a pesar de no coincidir con la forma de getionar la Nación, deseamos que concluya con el período para el cual ha sido designada. Nuestro deber es controlar los actos de gobierno y no permitir el avasallamiento de la Carta Magna, de sus Instituciones e impedir que el autoritarismo y la corrupción sean las dos grandes políticas públicas de este Gobierno.
Sabemos que es una tarea difícil y complicada, que en contra está un poder enorme y mafioso, pero como otros argentinos, porque no somos los únicos, aceptamos este desafío.
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