Aniversario de su derrocamiento
El 28 de junio de 1966, el Presidente Arturo Íllia fue despojado de su investidura de manera insolente y agraviante para la democracia.
Salió de la Casa Rosada con la frente alta, con profunda melancolía, con insondable tristeza, pero no quebrado.
Arturo Íllia era un hombre tan humilde que, cuando deja el poder, va de su despacho se a la casa de su hermano. Porque no tenía casa. Tampoco tenía cajas, autos, barcos, aviones o propiedades. Mucho menos inversiones o cuentas en el extranjero.
Era un hombre probo, un hombre a la manera de Alem, Yrigoyen, Larralde o Lebensohn. Puro, austero, honrado, Íllia fue un demócrata con ética de la convicción y la responsabilidad.
Algunos puntos destacables de su gobierno:
• La recuperación de la explotación de la riqueza del subsuelo para la Nación, la anulación de las proscripciones políticas y la renovación parlamentaria de 1965, iniciándose así la plena integración democrática de la Nación.
• La promulgación de las leyes del Salario Mínimo Vital y Móvil; y de Medicamentos (Ley Oñativia) que regula por primera vez su fabricación y comercialización.
• Promoción de la educación: incrementó el presupuesto e implementó el Plan Nacional de alfabetización; respetó la autonomía universitaria; las casa de altos estudios alcanzaron su máximo nivel científico y técnico, con reconocimiento internacional.
El día después de perpetrado el golpe, se convocó al Escribano Mayor de Gobierno, el que confirmó la reducción del patrimonio personal del Presidente Arturo Illia.
1 comentario:
GENIO!!! El mejor Presidente de todos los tiempos.
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